La disciplina como estilo de vida
  La libertad responsable
 

 "La libertad, en su nivel más elevado, emerge cuando la persona, sujeto de derechos inviolables, es reconocida como tal. Los derechos del otro se convierten así en deberes del sujeto y recíprocamente, los derechos del sujeto constituyen deberes para el otro. En esta situación la libertad, como simple libre albedrío se convierte en responsabilidad". Decimos que el hombre se transforma en el ejercicio de la libertad. En la actualidad el hombre tiene sed de autorrealización, se siente más oprimido y alienado por el trabajo, que en épocas anteriores; ya que todas las actividades que realiza tienden al desarrollo socioeconómico más que al logro personal. Los llamados técnicos en educación utilizan el juego y la comunicación humana para que la persona alcance su autorrealización mediante la comprensión de los otros, la tolerancia y la reflexión constante. Al plantear el tema de la libertad surge la búsqueda acerca de su significado, desde el básico diccionario a los textos de antropología y educación; en un deseo de presentar como un hilo conductor histórico el planteamiento de la libertad por y para el hombre. El presente trabajo se circunscribe a una sucinta revisión bibliográfica de lo que es la libertad en la filosofía, la antropología y la educación; planteando a la educación como un ámbito adecuado para que la persona encuentre un modo eficaz de servicio y entrega a sus semejantes. Es en el ámbito educativo, desde la etapa primaria hasta la terciaria; donde el hombre aprende a vivir su libertad, a entender que su libertad termina donde empieza la del otro. Es a partir de la educación donde empezamos a formar a esa persona en minúsculas, por la tierna edad en que ingresa; hasta sacarla a actuar en la sociedad, convertida ya en persona con mayúsculas, por el tiempo transcurrido dentro de las instituciones educativas junto a docentes y pares. Es responsabilidad nuestra como docentes, como institución educativa, responder a la llamada del otro, de la otra persona que exige nuestra atención, respeto y poder vivir en plenitud. Definición de libertad Desde la definición más simple tenemos: “Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar". "Estado o condición del que no es esclavo". "Estado del que no está preso". "Facultad de hacer y decir cuánto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres". Pasando por las diferentes clases de libertades encontramos: ...de conciencia, derecho de profesar cualquier religión, sin ser inquietado por la autoridad pública. ...de cultos, derecho de practicar públicamente los actos de la religión que cada uno profesa. ...del espíritu, dominio o señorío del ánimo sobre las pasiones. ...de pensamiento, derecho que tiene cada uno de sostener o propagar sus propias ideas. ...religiosa, derecho de cada individuo a profesar cualquier creencia. A la libertad en el área de la antropología filosófica sería: "...libertad es pertenecerse a sí mismo" - Romano Guardini La libertad responsable La cumbre de la libertad es la responsabilidad. La libertad responsable surge cuando descubro al otro como sujeto de derechos, que tiene una dignidad inviolable que yo debo respetar. Uno vive en libertad cuando renuncia a sus propios intereses para actuar en el ámbito de personas que tienen derechos y que lo llaman, lo necesitan a uno. La libertad no se juega sino cuando están en conflicto mi tendencia espontánea egoísta y los derechos de los demás. De ahí que si ante una situación determinada debo elegir qué acción realizar, toma parte la voluntad que tiene dominio sobre el intelecto, en forma de una reflexión; pues soy responsable de la conciencia que tengo. El hombre se transforma al elegir, porque es más él y menos los demás que le oprimen y la naturaleza que le domina. Sólo cuando elige, es él mismo, el hombre, con autonomía frente al mundo para construir y elaborar su propio mundo. "Es por ello que la libertad humana adquiere un carácter de conquista personal y se traduce en tarea permanente; como nos lo señala Juan Pablo II cuando concibe la función del bien y le asigna por objeto el amor traducido en donación y servicio desinteresado a los demás".. Se dice que una persona es responsable cuando está obligada a responder por sus propios actos. La libertad, en cierta forma, es definida por la responsabilidad, así también, el fundamento de la responsabilidad está en la libertad de la voluntad humana. En efecto, en un mundo cuyos fenómenos estuvieran todos enteramente determinados, la responsabilidad no tendría sentido. El sentimiento de responsabilidad es un sentimiento personal, que compromete a cada persona y le hace comprender que no puede simplemente abandonarse a sus conveniencias individuales. La presencia de dicho sentimiento supone una sociedad bastante organizada donde existen la ley y la sanción. Mediante la ley se establece lo que llamamos derechos y deberes. Los derechos nos marcan hasta donde podemos usar con tranquilidad, con paz, y con autenticidad, nuestra libertad. Los deberes nos marcan las obligaciones que tenemos que cumplir para que nuestra conducta no viole las libertades de los otros. Si todos los hombres fuesen buenos, si todos fuesen morales, si todos fuesen correctos, si todos fuesen consientes del uso de su libertad en relación con los demás, en fin, si todos fuesen responsables no habría necesidad de que las sociedades estableciesen de un modo forzoso, los derechos y deberes que constituyen todo ordenamiento jurídico. Pero como no sucede así, no ha habido otra solución que imponer esos límites en el uso de nuestra libertad, para evitar la prepotencia de todos aquellos inclinados al desborde de la libertad (o libertinaje) a atentar contra la libertad del prójimo. En el uso de mi libertad yo realizo un acto determinado; y todo acto produce inevitablemente una consecuencia. En conclusión, si uso mi libertad tengo que ser responsable de las consecuencias que produzca mi acto. Pero muchas veces, no todos estamos dispuestos a asumir esa responsabilidad por las consecuencias del uso de nuestra libertad, por eso, es necesario que exista un ordenamiento jurídico que organice el uso de las libertades. Como dijimos anteriormente la libertad es esencial al hombre. Pero del mismo modo, no puede existir libertad sin responsabilidad, sin conciencia moral suficiente para sumir las consecuencias de nuestros actos. La libertad para ser autentica precisa los límites que impone la convivencia social. Esta libertad efectiva solo existe plenamente cuando hay un equilibrio dinámico entre lo que podemos llamar el poder y la responsabilidad, es decir entre el derecho y el deber. Así mismo ese equilibrio debe estar regulado por la conciencia moral de los hombres que viven en una sociedad. Conseguir el equilibrio para el uso suficiente de la propia libertad, asumiendo nuestra propia responsabilidad como individuos que somos, es llegar a ser verdaderamente hombres dignos de convivir socialmente entre los demás. Es patente que la voluntad rechaza en ocasiones lo que la inteligencia presenta como bueno. Incluso el que aconseja bien puede no ser capaz de poner en práctica su buen consejo. En esos casos, para evitar la vergüenza de la propia incoherencia, el hombre suele buscar una justificación con apariencia razonable -las razonadas sinrazones de Don Quijote-, y se tuerce la realidad hasta hacerla coincidir con los propios deseos. El mismo lenguaje se pone al servicio de esa actitud con expresiones típicas: a mí me parece, esto es normal, todo el mundo lo hace, no perjudico a nadie, etc. Todo acto libre es imputable, es decir, atribuible a alguien. Normalmente los actos pertenecen al sujeto que los realiza, porque sin su querer no se hubieran producido. Es el agente quien escoge los fines y los medios y, por consiguiente, quien mejor puede dar explicaciones sobre los mismos. Así, del mismo modo que la libertad es el poder de elegir, la responsabilidad es la aptitud para dar cuenta de esas elecciones. Libre y responsable son dos conceptos paralelos e inseparables, y por eso se ha dicho que a la Estatua de la Libertad le falta, para formar pareja ideal, la Estatua de la Responsabilidad. Fomentación de la libertad responsable La responsabilidad va de la mano de la libertad y la presupone. No serviría de nada intentar que nuestros hijos asuman los resultados de sus decisiones si antes no hemos procurado que puedan decidir. La familia es la mejor escuela de una educación en y para la libertad responsable.
 
A. Ofrecer la verdad. Hacer pensar.
•Aprovechar las ocasiones que ofrece la vida familiar para hablar con los hijos, potenciando su sentido crítico.
•Prevenirles contra la influencia manipuladora de los medios de comunicación. •Fundamentar lo que se dice. Distinguir la verdad objetiva de la opinión personal. •Enseñarles a considerar las cosas y a razonar, para que no se dejen arrastrar por estados emocionales pasajeros y a no juzgar con precipitación.
•Exponer las razones, los motivos que aconsejan actuar de un modo u otro. •Ayudarles a prever las consecuencias de sus decisiones libres. •Enseñarles a sopesar las razones y argumentos de las distintas opiniones. •Enseñarles a buscar sinceramente la verdad y a ser coherentes.

B. Respetar a la persona. Comprender y confiar.
•Respetarlas indicaciones y aptitudes que tiene cada uno.
•No violentar a nadie, no forzar, no pedir imposibles.
•Reprender, cuando sea necesario, sin insultar ni humillar.
•Ofrecer confianza.
•Escuchar con atención, esforzándose por comprender a los hijos, pues no hay clima de libertad si con diálogo sereno no preside la relación interpersonal.
•Reconocer y valorar sus decisiones acertadas.
•Comprender y hacer comprender que hacer lo que se entiende que se debe hacer supone, muchas veces, un esfuerzo considerable, y no siempre se logra.

C. Fortalecer la voluntad con el ejercicio de las virtudes. Estimular la responsabilidad.
•Acostumbrar a que sean valientes, a que respondan personalmente de sus obras sin pretender esconderse en el anonimato.
•Animar, con talante positivo, a volver a empezar una y otra vez, sin dejarse vencer por el desánimo.
•Proporcionar ocasiones de ejercitar las virtudes, de asumir responsabilidades, de acuerdo con sus posibilidades, en la vida familiar.
•Fomentar la participación activa y responsable en la familia mediante los encargos o la ayuda entre hermanos.
 
D. Fomentar la iniciativa personal.
•Ayudar a encauzar rectamente sus afanes e ilusiones. .
•Promover hábitos -proporcionando ocasiones de ejercitarlos- de autonomía, autodominio, iniciativa, elección, decisión y participación.
•Facilitar ocasiones en las que hayan de tomar sus propias decisiones. No tomar decisiones que los hijos puedan tomar por sí solos.
•Respetar las decisiones responsables.
•Animar a que organicen por su cuenta algunas actividades y a que participen responsablemente en otras.

CONCLUSION
En conclusión la responsabilidad siempre va conectada directamente a la liberta que tiene cualquier persona, así cualquier persona para tener su libertad tiene que estar dentro de ciertos límites que hay que respetar y así tener una sociedad con ciertos fundamentos éticos en el comportamiento.
 
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